Comparte Conmigo el Maravilloso Mundo de las Hadas...

domingo, 31 de julio de 2011

Wichtel




Figuran entre los pequeños pueblos de la tierra, a los que también pertenecen los gnomos, duendes, enanos y trolls, y están bajo las órdenes del rey y del príncipe de los gnomos, así como de los poderosos guardianes de las riquezas de la tierra. Los Wichtel son responsables de todo aquello que afecta al reino de la tierra. Se ocupan de los pequeños animales tales como escarabajos, hormigas o gusanos entre otros. Ayudan a las piedras preciosas en su crecimiento y las cuidan. Tejen las flores en toda su variedad y preparan el rocío.




Conocen todas las plantas curativas y todas las fuentes de curación y llevan hasta ellas a las personas puras de corazón. Disponen de todos los poderes mágicos propios de los espíritus de la tierra, el Reino de la Tierra, aunque los utilizan para el bien y con ellos pueden obrar maravillas. Los Wichtel conducen las corrientes curativas y sagradas y las fuerzas de la tierra. Gracias a su amor la naturaleza consigue su verde y sano vestido de colores. De la misma manera se esfuerzan por el aura, el sano vestido de colores de los seres humanos.




Los Wichtel son los buenos habitantes de la tierra, los serviciales espíritus de la tierra, asociados también a los Heinzelmännchen; seres cariñosos y solícitos espíritus que ponen a sus servicios a disposición de la naturaleza y de los seres humanos, no temen a las personas pueden vivir cerca de ellos y hasta con ellos si hace falta, les encantan la gente simpática. Se encuentran principalmente en la naturaleza y allí llevan a cabo cualquier tipo de labor. Los Heinzelmänchen, por el contrario, trabajan más bien en casas y otros edificios y les encantan trabajar estrechamente con los humanos.

 


Los Wichtel ayudan en lo que pueden y les encanta tenerlos al alcance de la mano. Son aplicados, infatigables, honrados y felices con cualquier cosa. Les gusta trabajar en grupos grandes para darse apoyo mutuamente. Cantan y tararean alegres sus canciones mientras llevan a cabo su trabajo, al que se dedican con esmero. Ayudan de buena gana a los seres humanos en sus tareas cotidianas, aunque son de carácter reservado. Se dedican a una extraordinaria cantidad de cosas: ordeñar las vacas, dan de comer a los animales, riegan las plantas y ayudan en el campo.




No quieren ninguna alabanza pero agradecen que se les deje comida y bebida. Les encanta la leche y el pan. Se dedican a aquello que los seres humanos les han enseñado, por ejemplo a preparar el queso. Frotan el mobiliario de la casa hasta dejarlo reluciente, especialmente los objetos de cobre, estaño y plata. Juegan con los niños y les consuelan cuando su madre está muy ocupada. Por la mañana despiertan a la gente y, por la noche mecen dulcemente a los niños en su sueño, curan a los enfermos y les traen hierbas curativas.




Los Wichtel hacen desaparecer los insultos, las maldiciones, la inmoralidad y la codicia. También son aptos para ahuyentar la perfidia y la infamia contra ellos. Dado que son fieles y apegados las despedidas les causan gran preocupación. Son ordenados, limpios y visten cuidadosamente. Son muy amigables y cuidan los contactos con los otros seres de la naturaleza. Se comunican a través del eco y sus rimas repetidas. Aparte, tienen su propio lenguaje aunque no les gusta revelarlo.

 



Viven en redes de raíces, en cuevas, bajo grandes grupos de setas, entre piedras y rocas y en los jardines y casas que están bajo su protección. Determinadas fiestas de la naturaleza son sagradas para ellos ya que ponen en contacto con los seres humanos con los seres de la naturaleza y del cosmos. Como todos los seres luminosos esperan la invitación de las personas antes de acudir en su ayuda. Es una gran suerte tener Wichtel en casa para poder librarse de todas las preocupaciones terrenales.







lunes, 25 de julio de 2011

Oisin y Niamh



Leyenda irlandesa que nos cuenta algo muy distinto, algo así como una metáfora de lo que sucede cuando los humanos dejan de creer en la magia y en el poder de la naturaleza. Oisin era hijo del poderoso Fion mac Cumhail, lider de los guerreros de Fianna y de la diosa ciervo Sadb. Un día de caza se le apareció en el bosque la bella hada Niamh de los Cabellos Dorados, hija del dios del mar, Manannan. Le había elegido como amante y le pidió que se marchara a Tir-nan-Og, la tierra de la Eterna Juventud, al otro lado de los mares del Oeste. Vivieron felices durante trescientos años, pero después Oisin quiso ver su hogar otra vez. Niamh le dio un caballo mágico para el viaje, y le avisó que sus pies no podrían tocar la tierra. Cuando Oisin regresó a Irlanda, se entristeció al ver que todo el mundo se había convertido al cristianismo, y que la fuerza de los hombres se había reducido. Vio a tres hombres esforzándose por levantar una roca y se inclinó para ayudarles. Al hacerlo, se le salió una espuela y se  cayó al suelo. En un instante quedó convertido en un ciego decrépito, y su caballo encantado se desvaneció. San Patricio se le apareció e intentó convertirlo al cristianismo, pero Oisin no se sentía nada atraído por una vida después de la muerte en la que no hubiera fiestas ni bellas mujeres, así que siguió siendo pagano.


En esta historia se enfrentan las visiones pagana y cristiana del mundo, y la primera queda simbolizada como vibrante y poderosa, desprovista de poder por mostrar una falta de respeto a la Tierra y a la Buena Gente. El rápido envejecimiento de Oisin sugiere también a Tir-nan-Og como la Tierra de los Muertos, y el contacto con la tierra le devuelve la realidad de la mortalidad. De este modo, cuando regresan del País Encantado, los cuerpos de muchos viajeros se convierten en polvo, mostrando que en realidad estaban muertos.
Existen cuentos parecidos al de Oisin por todo el mundo, incluso en Japón. Una versión italiana relata al héroe casándose con el hada Fortuna; cuando él solicita regresar a su hogar, ella vuelve con él, evitando que cometa los mismo errores que Oisin. Cunado descubre que su madre lleva mucho tiempo muerta, regresa con Fortuna al País Encantado, donde viven felices para siempre. Es un raro ejemplo de un final feliz en una unión entre un mortal y un hada.
El tiempo puede pasar de forma muy distinta en este mundo y en el País Encantado, pero aun así los mundos aparentemente se solapan. Los danzantes de los círculos encantados suelen ser rescatados al cabo de un año o un año y un día, mientras que un mes en el País Encantado puede equivaler a cientos de años en el mundo humano; una hora puede equivaler a un día, o vicerversa. Las estaciones son muy importantes, y en las épocas de transición de estaciones la puerta del País Encantado puede abrirse. El día también posee determinados momentos importantes, como el amanecer, el atardecer, el mediodia y la medianoche.
En el mundo ordinario nos esforzamos por comprender el tiempo. Posee una cualidad misteriosa y aparentemente se mueve rápido o despacio. Tal vez sea una ilusión creada por nuestra mortalidad de la que las hadas nos liberan de vez en cuando.


jueves, 21 de julio de 2011

Dama Blanca



Be Find o Dama Blanca como se la conoce a esta hada en el folklore irlandés. Es una hada muy bondadosa y compasiva que ayuda a la gente con sumo placer. Viene del agua y tiene una sabiduría y un poder de sanación muy acentuados. Se supone que antiguamente debió ser una de las Diosas Madre. A lo que más tarde fue considerada el hada que lleva la Luz y la Sanación a los hombres cuando el destino le dio los dones para estos menesteres.


Complaciente y siempre predispuesta es buena con todo aquel que lo necesite. Además da alegría y bienestar a todo aquel que tiene la suerte de encontrarse con ella, pues como casi todas las hadas es recelosa y no se manifiesta a según que personas por desconfianza. Su espíritu libera una gran fuerza interior y su luz traspasa el cuerpo y llega al alma con la caricia de su bondad.




Cuenta una leyenda que una mujer vivía sola en una casa muy ruinosa, con su pequeña niñita. No podía encargarse de tantas cosas porque su marido había marchado en busca de trabajo, y llevaba bastante tiempo fuera, la casa se deterioraba, pero de momento tenían techo. El alimento escaseaba, aunque poseían animales de granja, algunos se habían muerto por falta de comida y otros habían acabado como comida de ellas. Un día la buena mujer enfermo, como no tenía dinero el médico no apareció, menos mal que había una vecina que se encargó de la niña que con ella se la llevo a su casa, aseo, vistió y dio de comer. Iba a visitar a su madre también llevándole algo de sopa para su recuperación, pero la mujer no mejoraba, tres días llevaba con fuertes fiebres. Un día apareció de la nada una Dama Blanca, resplandeciente de luz, la mujer pensó que deliraba que estaba más en el cielo que en la tierra, que había llegado su hora de partir, pero no fue así. El hada cuido de ella con su bondad, y palabra, en unas horas ya estaba curada. Increíble pensó complacida. – ¿A quién tengo de dar las gracias?- dijo la mujer, el hada le sonrió, la miro con ternura, y despareció sin decir nada. La mujer ya totalmente restablecida, miro su casa y vio que estaba toda arreglada, miro la despensa y no le faltaba nada, todo estaba limpio y nuevo, hasta animalitos tenía en su establo. Al poco apareció su marido cargado de muchas cosas, regalos, dinero, comida. Estaba tan contento que tan sólo abrazo a su mujer con lágrimas en los ojos, pregunto por su hijita. Y cuando la mujer iba a contarle todo, apareció la vecina con ella en brazos. Una señora muy linda ha venido a visitarme, me ha dicho que ya estaba curada y que trajera a su hijita lo antes posible. Todos se miraron extrañados y pensativos se quedaron, mientras la niñita sonreía alguna parte del bosque, pero no vieron a nadie.




© 2011 Rosana Martí


domingo, 17 de julio de 2011

Tam Lin Balada Inglesa y Escocesa




Se subió Janet su enagua verde
más arriba quizás de la rodilla,
y con su pelo rubio se ha trenzado
sobre la frente una redecilla,
después a casa de su padre vuelve
con toda la premura de una ardilla.

Son veinticuatro las hermosas damas
que a la pelota juegan con ardor,
y la preciosa Janet ha aparecido
entre las flores, la más bella flor.

Son veinticuarto las hermosas damas
que al ajedrez jugaban, bien o mal,
y entre ellas surgió la hermosa Janet,
lozana y verde como un fiel cristal.

Habló entonces un cano caballero
que al muro del castillo está apoyado
y murmuró: "¡Ay de mí!, Janet preciosa,
de todos has de hacernos desdichados."


"¡Calla, anciano de rostro envejecido!
¡Ojalá mueras de una muerte infame!
Mi hijo ha de nacer del padre ansiado
y no serás tú el padre que yo llame!"

Hablóle entonces su querido padre
con una voz suave y sosegada.
"Por siempre ¡Ay mi dulce Janet", dice,
"me parece que estás embarazada."

"Pues si que estoy embarazada, padre,
y la culpa la tuvo mi cariño,
pero no hay en tu casa lord ninguno
que su nombre le pueda dar al niño.

Mi amor no es caballero terrenal,
que es sólo un elfo gris, y sus arrullos,
y mi amor verdadero no lo diera
por ninguno de estos lores tuyos.

El corcel sobre el cual mi amor cabalga
más veloz es que el viento fue jamás,
la plata herró sus patas delanteras
y el puro oro ardiente las de atrás."

Es de Todos los Cantos hoy la víspera
y fiesta es, pues, mañana, bien sabrás.
Gáname entonces, gáname, señora,
yo bien sé que lo harás.

Justo a la hora de la medianoche
las hadas todas van a cabalgar;
quienes quieran ganar su fiel amor
han de quedarse en la Cruz Miliar."

"Pero ¿cómo, Tam Lin, te reconozco;
cómo saber quién es mi fiel amor
entre tantos extraños caballeros
que nunca vi, señor?."

"¡Oh!, primero dejad pasar al negro,
luego, al pardo corcel dejad pasar,
y del que es como la leche blanco,
al jinete tenéis que derribar.

Montaré el corcel blanco cual la leche
y el más cercano a la ciudad seré,
como era caballero de este mundo,
de este honor concedido dispondré.

Enguantada estara mi mano diestra
y desnuda la izquierda habrá de estar,
mi tocado hacia atrás estará echado
y mi pelo hacia abajo he de peinar.
Tales son estas señas que te doy
que no dudes que allí me has de encontrar.

En tritón y serpiente, entre tus brazos,
me han de cambiar, de fijo.
Pero apriétame fuerte y no me temas
que soy el padre de tu hijo.

Me habrán de transformar en oso torvo,
luego en león audaz me han de volver,
pero apriétame fuerte y no me temas
si al hijo has de querer.

Entre tus brazos, me transformarán
en un hierro candente, cambio extraño,
pero apriétame fuerte y no me temas:
no te haré ningún daño.

Por fin, me mudarán entre tus brazos
en ascuas incandescente,
y tú al agua del pozo has de tirarme,
pero rápidamente.

Después, seré tu verdadero amor,
y desnudo despues me quedaré;
luego, tapado con tu manto verde,
para que no me vean, cúbreme."

Tenebrosa de veras fue la noche,
misterioso el camino de su andar,
cuando iba Janet con su manto verde
hacia la Cruz Miliar.

Sería alrededor de medianoche
y oyéronse las bridas resonar.
Tan alegre sentíase la dama
como un ser terrenal lo puede estar.

Dejó primero que pasara el negro,
luego el pardo corcel dejó pasar,
corrió entonces al blanco cual leche
y logró al jinete derribar.

Se acordaba tan bien de lo que él dijo,
que así el joven Tam Lin lo consiguiera
y con su manto verde lo ha cubierto
alegre como un ave en primavera.

Su voz alzó la Reina de las Hadas
desde un arbusto por demás frondoso:
"Quien al joven Tam Lin ha conseguido
se ha ganado un joven majestuoso."

La Reina de las Hadas, con gran furia,
de este modo dijera:
"Vergüenza caiga en su horrible rostro,
de mala muerte muera,
que se llevó al más lindo caballero
de cuantos yo tuviera.

Mas,sí, Tam Lin, hubiera yo sabido
lo que esta noche, al fin, he contemplado,
mejor fuera arrancar tus ojos grises
y de un árbol habértelos colgado."


FRANCIS JAMES CHILD






miércoles, 13 de julio de 2011

Cómo Ver a las Hadas de la Tierra



Si puedes encontrar un lugar tranquilo, haz esta meditación al aire libre. Los sonidos y las esencias naturales intensificarán tu experiencia. Debes evitar cualquier distracción.
• Empieza relajándote por completo. Cierra los ojos e imagina el sitio donde estás, o bien otro sitio de la naturaleza. Tómate tu tiempo para verlo con detalle. Si estás usando el lugar donde estás, no te sorprendas si cambia un poco.
• Estás rodeada de suaves sonidos de susurros y escaramuzas. Parece que el subsuelo se mueve por aquí y por allá, como si tuviera criaturas en su interior. Cada vez que te giras para verlo mejor, parece que el movimiento se detiene. Te sientes observada por ojos curiosos.


• La vegetación que te rodea se está volviendo niebla gris levantándose del suelo, oscureciendo todo lo que vez. La niebla sigue esparciéndose hacia arriba y alrededor, hasta que te encuentras dentro de una jarra blanca. Estás rodeada de paz, y esperas pacientemente.
• Ahora la niebla clarea delante de ti, revelando una escena totalmente distinta. Ves un camino forestal, oscuro y cubierto por espesas ramas en arco, que avanza hacia las profundidades del bosque. Saber que debes tomar ese camino.
 

• Te levantas y empiezas a caminar por el verde túnel. Los pájaros te hacen eso sobre la cabeza. El aire es fresco e inmóvil, y huele a musgo y a tierra. La tierra bajo tus pies es blanda y lisa aunque el bosque se va espesando a ambos lados. Mientras caminas eres conciente de que el subsuelo, a ambos lados del camino, se mueve de vez en cuando. Gradualmente te das cuenta de que a tu lado hay seres caminando, se van haciendo cada más claros, hasta que puedes ver sus rostros y sus formas de hada.
• Ves una oscura figura que se te acerca por delante. El olor a tierra se intensifica, y notas que estás acercándote a la boca de una cueva. Te quedas en la entrada, y los seres que están a tu lado también se detienen. Hay una piedra plana junto al camino. Te sientas en ella y esperas.
  

• Te haces consciente de un sonido rítmico, tipo latido del corazón o un tambor sordo. El ruido se va haciendo más fuerte, y comprendes que es el sonido de unos pasos que se acercan. Es posible que tengas algo de miedo o respeto, pero ves que todas las hadas de la tierra que te acompañan se están reuniendo con expectación en la boca de la cueva, así que observas con paciencia y esperanza.
• El sonido se convierte en un firme estruendo y surge una figura en el arco sombreado de la cueva. Es una criatura poderosa, como salida de la sólida roca: retorcida, gris marronácea y nervuda. Sus pies son como las raíces de un árbol, sus brazos, como las ramas de una encina, y lleva al hombro una gran pala. Te asustas un poco, hasta que ves sus marrones y centelleantes ojos sobre su enredada barba.
 

• El ser se agacha, y así parece mucho más acogedor. Todos los gnomos y espíritus de la naturaleza se agolpan a su alrededor, y él se ríe con una carcajada profunda y estruendosa mientras aquéllos le suben por rodillas y hombros y le susurran al oído. Te mira de reojo todo el rato, y te hace señas para que te acerques un poco más. “Mira a tu alrededor”, te dice, y su voz es suave, como la lluvia que cae sobre el suelo sediento. “¡Mira a tu alrededor, escucha lo que te rodea, siente lo que te rodea!”. Sigue mirando a tu alrededor, ves el bosque verde y fértil. “Aquí sucede todo. ¿Comprendes? Todo toma una forma, tú asumes una forma, todo es”.



viernes, 8 de julio de 2011

El Secuestro de Perséfone



Deméter, hermana de Zeus y diosa del grano y la agricultura, tuvo una hija llamada Perséfone. Un día, cuando está había salido en compañía de amigos a coger flores, fue secuestrada por Hades, que la llevó al inframundo. Deméter quedó muy afligida por la pérdida de su hijita y recorrió toda la tierra en su busca. Viajó durante nueve días y nueve noches sin detenerse ni a comer ni a dormir. Al décimo día se encontró con Helios, dios del sol, que le contó que Hades había raptado a su hija, que lo había hecho con la autorización de Zeus. Desolada, Deméter abandonó el Olimpo y continuó su deambular entre los mortales, disfrazada de anciana llamada Doso.


Llegó al lugar conocido como Eleusis donde las hijas del rey Celeo convencieron a su padre para que acogiera aquella mujer. Identificándose como Doso, Deméter fue empleada como sirvienta de la reina Metanira, pero, al verla está, reconoció su nobleza de carácter divino y le ordenó que tomara asiento, comiera y bebiera. Deméter, todavía de duelo por su hija Perséfone, declinó la invitación y siguió de pie en silencio, hasta que una esclava llamada Yamba, le levantó la falda y la hizo reír, (Yamba dio nombre a la poesía yámbica, de carácter cómico y satírico).
 


Deméter siguió en palacio como niñera del recién nacido, el príncipe Demofoón. Planeó hacer inmortal al niño nutriéndolo con ambrosía, el alimento de los dioses, y colocándolo todas las noches en el fuego. Lo hacia en secreto, pero una noche fue sorprendida por Metanira cuando estaba poniendo a Demofoón en el fuego. Metanira gritó horrorizada y la diosa sacó al niño de las llamas, declarando, enojada, que ya no podría alcanzar la inmortalidad. Al dar a conocer su identidad. Deméter abandonó el palacio después de estipular los ritos que habían de observarse en su honor, los misterios eleusinos.



Apenada de nuevo, Deméter se negó a autorizar que se cultivara grano o que creciera cualquier otro cultivo. La humanidad empezó a verse privada de alimento; entonces, intervino Zeus y declaró que permitiría que Perséfone regresara con su madre si no había comido nada durante su temporada en el inframundo. Pero Hades había inducido a la muchacha a comer algunas semillas de granadas, símbolo del matrimonio. Pese a ello, Zeus ideó una componenda: Perséfone podría pasar dos tercias del año con su madre, pero el otro tercio tendría que regresar con Hades. Todos los años, en su ausencia, Deméter se lamenta por Perséfone, y los cultivos languidecen. A esta temporada la llamamos invierno.




lunes, 4 de julio de 2011

Historia de un Duergar




Un Duergar es una especie de enano maligno del norte de Inglaterra. Se cuenta que un viajero que habiéndose perdido por el mal tiempo, vió brillar una luz a corta distancia. Halló una choza de rugosa piedra iluminada por un fuego moribundo. A cada lado del fuego había dos piedras y junto a ellas dos troncos. Se sentó en una y avivó el fuego con unos leños, y al rato entró un Duergar y se sentó frente al viajero. Allí estuvieron sentados hasta que el fuego se apagó. El Duergar cogió un enorme tronco, lo quebró sobre sus rodillas, y lo puso en la hoguera. Cuando se consumió, el Duergar le indicó al viajero que colocase el otro tronco, pero el viajero sospechándose alguna jugarreta del enano, no hizo nada. Permanecieron así sentados hasta el amanecer, en que de pronto, el Duergar, la choza y la hoguera desaparecieron y el viajero se encontró sentado al borde de un alto despeñadero. Si se hubiese movido para alcanzar el tronco se hubiese matado al caer.




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