Cuenta una leyenda China que Hou Yi tenía una esposa encantadora y muy hermosa, llamada Chang E a quien amaba mucho. Una vez en su camino a la montaña de Kunlun, Hou Yi tropezó con la emperatriz Wangmu la cual le dio un elixir que le convertiría en un ser celestial e inmortal. Sin embargo el elixir era de una sola toma.
Hou Yi amaba tanto a su esposa que no podía separarse de ella, habló con Chang E la cual decidió ponerlo en una caja y guardarlo en un lugar secreto. No se dio cuenta que Peng Meng la vigilaba. Unos días más tarde, cuando Hou Yi se fue a caza, Peng Meng aprovechó la oportunidad.
Se dirigió a la habitación de Chang E, con la espada en mano y exigió el elixir. Consciente del hecho de que ella no pudo estar a la altura de la fuerza de Peng Meng, Chang E tomó una decisión en un momento crítico. Abrió la caja del tesoro, tomó el elixir y se lo bebió.
Después de un momento, sintió que la luz y su cuerpo flotaban sobre el suelo, se elevó más alcanzando así el cielo. Chang E llegó a la luna y se convirtió en una diosa inmortal. Peng Meng escapó. Hou Yi no podía creer la mala suerte que le había acontecido.
Sobrecargado de dolor, miró al cielo y gritó el nombre de su amada esposa. Se dio cuenta de que la luna era inusualmente brillante y clara que la noche y en ella había una sombra oscilante que se parecía a su esposa. Trató de perseguir a la luna, pero la luna se le escapaba.
Hou Yi en honor a su esposa amada, colocó en el jardín una mesa con incienso, frutas frescas, carne y dulces. Lo que Chang E más amaba, y celebró una ceremonia en su memoria.
Cuando la gente oyó que Chang E se había transformado en un ser celestial, hicieron lo mismo en sus casas, colocaron un mesa, incienso y las cosas que más gustaban a Chang E a la luz de la luna, y le rogaron por la buena fortuna y la paz. Desde entonces está fiesta se conmemora en China a mediados del otoño. Donde también las parejas se declaran su amor eterno bajo la Luna.