Existen muchos espíritus aéreos vinculados a la sabiduría, pero ninguno más que Thoth, el dios egipcio con cabeza de ibis. De hecho, Thoth era un poderoso espíritu creador. Creaba dioses con el sonido de su voz y éstos mantenían el movimiento del Sol gracias a sus cantos. Podemos ver a Thoth con cabeza de babuino, quizá porque éstos parlotean saludando al amanecer. El poder de la palabra hablada aparece representado continuamente en cuentos de la creación y en palabras mágicas.
Thoth era también el señor de la Luna , aunque en este contexto la Luna era más bien un mecanismo de medición, pues Thoth inventó el calendario. Se oponía a la injusticia, y utilizó su inteligencia para unir a los amantes Nut y Geb: Nut era la diosa del cielo y se había casado con su hermano Geb, la Tierra , a despecho de su abuelo, el dios Sol Ra. Ra ordenó a su padre, el dios del aire Shu, que los separara y decretara que Nut no pudiese tener hijos en ningún mes del año.
Así que Thoth jugó a las damas con la Luna y le gano una parte de setenta y dos segundos de luz de luna, que convirtió en cinco días intercalados (insertados en el calendario). Por tanto, el año tenia cinco días en los que Nut podía dar a luz, y así llegaron Osiris, Horus el mayor, Isis, Set y Nephtys.
Más tarde, cuando Set conspiró para destronar a su hermano Osiris y le asesinó. Thoth guardó lealtad a Isis, la esposa de Osiris, e hizo magia con ella en varias ocasiones. Osiris se convirtió en el rey del Ultramundo y Thoth recibió la tarea junto con Hermes (dios griego poderoso mensajero de los espíritus, también tiene como tarea dirigir las almas de los muertos al Ultramundo, pues es el único dios que puede entrar y salir del Hades sin daño alguno).
Así pues, Thoth y Hermes tomaron parte en la admisión de almas a si reino. Para ver si eran suficientemente ligeras como para entrar en el reino sagrado, pesaban a estas almas contra la pluma de la verdad. Thoth es un maravilloso aliado de la verdad en la búsqueda de la verdad y la justicia. Su verdad no consiste, tal vez, en una verdad literal, sino más bien en el poder del autoconocimiento, en la compresión de que el alma tiene un destino y propósito.
La justicia de Thoth no entiende de penitencias, y equilibra las balanzas entre las necesidades de cada uno. Llámale cuando necesites despegarte con benevolencia de una situación, cuando necesites pensar con claridad o ser honesto contigo mismo, cuando necesites inteligencia o cuando realices un examen.
